Ziley Mora.Magia y secretos de la mujer mapuche, sexualidad y sabiduría ancestral..(Fragmentos).

sábado, 21 de febrero de 2009

"Esos vientres que seleccionaban la mejor semilla y se preñaban con semen solar"

[...] Este libro habla de un éxtasis, de una pasión que "pone fuera de si" a quien la sufre. Se trata de la pasión de la vida por superarse a sí misma . Es esa vida que se vale de la porción femenina del universo, que se asoma y desborda por el vientre de la mujer, la que sufre una eterna tensión creadora entre su finita y limitada corporalidad y el propósito trascendente y divino que maneja a las fuerzas complejas de la Vida. También se habla aquí de unas técnicas que propiciarían tal éxtasis, vale decir, muestra el modo posible para provocar conscientemente dicho elevado fenómeno, en donde los elementos de la materia conocen -a través del útero de la mujer- una prodigiosa mutación, un cambio esencial, una superación cualitativa, con un nivel de complejidad-conciencia insólito si se ve desde el estadio inferior que le antecede. Se trata de unas técnicas arcaicas, vale decir, de un procedimiento mágico-ritual nacido en una época en donde la palabra y la imagen mental o volitiva de algo era "poder " real a disposición del individuo. Hoy, tal poder de la palabra se mantiene idéntico. Dicho procedimineto se ajusta todavía a unas pautas tales, que se identifican con el modo de operar de la Naturaleza; es decir, valiéndose del empleo concreto de plantas y animales aliados, de la eficacia "oculta" y empírica de los componentes "simples"de vegetales, minerales y animales, se procedía a "dirigirlos" conscientemente, según "órdenes" y deseos volitivos determinados. Por doquiera, entonces, en estas "técnicas arcaicas del éxtasis" se ponen en acción, por debajo de una aparentemente simplista descripción del fenómeno o del "secreto", el protagonismo de las llamadas "magia homeopática" y "magia simpatética".
La primera pauta sigue el principio "lo semejante produce lo semejante", mientras que la segunda dice: "lo que una vez tuvo contacto y relación lo seguirá teniendo, recíprocamente, aunque se haya cortado dicho vínculo, quedando latente tal influencia a distancia". Estamo hablando de una época en que el prestigio de la palabra -el dungun- era real, el ensalmo que se prefería sobre el hechizo o el conjuro se pronunciaba sobre una acción, por ejemplo, al momento de cortar el cordón umbilical. Porque se sobreentiende que todo elemento y todo gesto, por insignificante que fuere, participaba de dicha fuerza y era tocado por dicho poder. Entonces, nada podía aparecer aislado o autónomo. Todo era interdependiente de todo. [...]
[...]La mujer "lugar" donde la Naturaleza se realiza a sí misma.
La mujer -en la cultura mapuche- es la que conecta y enlaza mundos. Une al cielo con la tierra. Ella es el "canal", el puente, el pasadizo creador donde transitan calidades diversas de energía, el "lugar" donde se amalgaman y cuajan destinos; fenómenos nuevos. No en vano la palabra kure literalmente significa "hueco fecundo por donde se canaliza la energía pura". Ella establece el encuentro y el contacto entre dos realidades: las pone en comunicación recíproca, establece los accesos sutiles, determina y condiciona nuevos patrones de conducta, la preestablece, escribe el futuro y marca decisivamente los destinos.
[...]Seducir la parte celeste del hombre, atraerlo para que éste engendre lo mejor de sí mismo en ellas, y puedan así organizar en sus vientres, en sus pechos, en sus manos, las cunas en donde se despierten "los hijos del Cielo". [...]
La mujer al trabajar sobre sí para elevar al hombre, que es la imagen del trabajo para mejorar la semilla divina del Universo, al hacerlo con cualquier hijo, con cualquier esposo, con cualquier amante, termina por hacérselo a sí misma.
Ziley Mora
 
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